En el artículo de hoy, tenemos la colaboración del equipo de miResi . En él nos habla del importante papel que tienen las residencias de personas mayores en la promoción del envejecimiento activo. Nos explica cómo en ellas se utilizan diferentes tipos de actividades, no solo a nivel físico sino también psicológico, social y mental que fomentan la autonomía personal e independencia.

Sin más dilación, os damos paso ya al artículo.

 

Envejecimiento activo  y ocio en residencias

Los beneficios de practicar el envejecimiento activo en la tercera edad son bien conocidos. Tener una rutina de ejercicios que mantengan la salud mental, cognitiva y física de los mayores. Las residencias son conocedoras de las ventajas que trae este estilo de vida, por ello, los centros ofrecen una serie de actividades y servicios vinculados a la vejez activa.

 

¿Qué papel tienen las residencias en el envejecimiento activo?

Como ya hemos dicho, las residencias tienen un catálogo de actividades vinculadas al entrenamiento de la mente y el cuerpo. Los centros residenciales ofertan una serie de actividades en las que los mayores participan libremente. No se puede excluir a ningún residente, lo cual obliga a los centros a adaptar las actividades a todas las realidades.

Las residencias son los lugares donde los mayores desarrollan su vida. En sus nuevos hogares, las personas de la tercera edad realizan actividades guiadas por profesionales en campos como la psicología, las ciencias del deporte o la atención sanitaria, pero sobre todo la geriatría. Ellos son los encargados de que los mayores lleven una rutina equilibrada y feliz durante su estancia.

Por ley, las residencias deben presentar un programa de actividades a realizar durante el año. Esta lista debe ser equilibrada y contribuir a que aumente la calidad de vida de los residentes. El tiempo de ocio, ese que transcurre entre los horarios de sueño y las comidas, debe llenarse con actividades que entretengan. Lo cual no tienen que estar reñido con su utilidad.

El ocio ofrecido por las residencias está muy premeditado. Todas las actividades se escogen en función a las capacidades y necesidades de los residentes. Mediante el tiempo de recreo se pueden entrenar las capacidades básicas de los mayores sin que sea una tarea o una carga. Estos siempre se muestran receptivos y animados frente a estas propuestas.

 

Terapia ocupacional

 

actividad terapia ocupacional

 

Uno de los servicios más extendidos entre los mayores son las actividades de terapia ocupacional. La terapia ocupacional son todas aquellas actividades que buscan mejorar el nivel de vida de los mayores ocupando su tiempo.

Los terapeutas ocupacionales tienen una triple función: preventora, adaptadora y recuperadora. Las actividades que estos organizan buscan prevenir el deterioro, adaptar al paciente al entorno en el que viven y recuperar las capacidades que estos hayan podido ir viendo deterioradas.

Los ejercicios y actividades que propone la terapia ocupacional son muy variadas. Tenemos actividades físicas que van desde las rutinas matutinas de deporte a la práctica de actividades manuales como las manualidades o el ejercicio.

Por otra parte, los profesionales proyectan un programa de actividades enfocadas a potenciar las capacidades cognitivas y disminuir los efectos de patologías que atacan a las capacidades mentales.

 

Mejora de la condición física

No es ningún secreto que el deporte es la clave para la prevención de muchas patologías. Un estilo de vida activo reduce las probabilidades de padecer diabetes, fallos cardíacos o artritis, entre otros.

Los profesionales deben adaptar las rutinas a cada residente. El ejercicio debe ser adaptado a las capacidades de cada individuo. Suele tratarse de una actividad moderada que mantiene a los mayores en forma, pero no les causa problemas. El abuso de la actividad física puede derivar en problemas graves de salud, lesiones y dolencias crónicas.

Mantenerse activo aporta ligamentos más ejercitados, huesos más resistentes y mayor agilidad. Las aportaciones son amplias a corto y largo plazo.

Una opción muy atractiva son los paseos, ya que los residentes disfrutan de las vistas y hacen deporte sin darse cuenta. Otra posibilidad que está tomando mucha fuerza entre los servicios de residencias son las actividades de relajación como el yoga o el taichi. Estos deportes contribuyen a que los residentes se mantengan en forma y desarrollen herramientas para practicar la relajación en cualquier lugar y momento.

Además, es un incentivo realizar este tipo de actividades en entornos naturales. Los ancianos agradecen estar en un entorno natural donde el aire siempre es más limpio y las vistas más agradables.

 

Ejercicio de la memoria

Una de las consecuencias de la edad es la pérdida de memoria. El tiempo provoca que las capacidades cognitivas vayan disminuyendo progresivamente, por eso, las actividades en las residencias tienen también como objetivo revertir este proceso.

La cultura es uno de los contextos más óptimos para que los mayores desarrollen sus capacidades cognitivas. Ver películas en grupo, organizar clubs de lectura o escribir sobre las vivencias o los sentimientos aumentan la capacidad de concentración y aumentan la capacidad de retención.

La actividad cognitiva continua previene el desarrollo de patologías como el alzheimer o la demencia. Si nuestros mayores ya padecen una de estas afecciones, los ejercicios de memoria, el cálculo o los juegos de ingenio pueden aminorar los síntomas y contribuir a recuperar las capacidades que estas enfermedades han ido mermando.

Otra de las cosas que se hace en las residencias es la asignación de pequeñas tareas para que los mayores tengan en mente algo. Esto sirve para ejercitar la memoria, pero también para que los residentes se sientan valorados. Que el personal pida a los mayores que recuerden una fecha, comuniquen el menú a sus compañeros o cuenten el número de residentes en una actividad, por poner hipotéticos ejemplos, contribuye a que estos ejerciten su mente. Con pequeñas tareas que no sobrepasan las capacidades de nuestros mayores se mantiene el cerebro activo.

Una forma muy interesante de ejercitar la mente es mediante los talleres de teatro. Esta propuesta tienen cada vez más acogida en las residencias, ya que crea hermandad entre los residentes, aporta entusiasmo y la memorización del texto contribuye a desarrollar las capacidades cognitivas de los mayores.

 

Taller de memoria

Actividades fuera del centro

Pese al miedo que despierta en ciertos familiares y la responsabilidad que acarrea a los trabajadores, realizar actividades fuera del centro es muy positivo para los residentes. Sobre todo después de la pandemia, muchos centros residenciales comenzaron a organizar excursiones para que los mayores pudieran acudir a espectáculos, monumentos y cursos.

Muchos mayores no han ido habitualmente a ver una obra de teatro (algunos nunca han asistido). De la misma forma, para la mayoría descubrir un museo o un monumento con el apoyo de un guía es una experiencia novedosa para ellos. Esto contribuye a romper su rutina y crear en ellos una semilla de interés en el mundo del arte y la cultura.

Romper la monotonía siempre da pie a que los mayores se muestren más alegres y afronten con más entusiasmo su vida en la residencia.

 

La formación en la tercera edad

Normalmente, se cree que, llegado un determinado momento, ya no es posible. Esto no tiene ningún rigor. Si bien es cierto que las capacidades en las personas de la tercera edad no son las mismas que las que se tienen en la juventud, solo hace falta una pequeña adaptación para que los mayores disfruten aprendiendo cosas nuevas.

La administración pública incentiva que se eduque a los mayores en materias que les van a ser útiles para adaptarse a la realidad actual. Por ello, es habitual la oferta de cursos sobre nuevas tecnologías para la eliminación de la brecha salarial o los cursos de idiomas.

Más allá de esto, casi todas las universidades ofrecen cursos adaptados a personas mayores de 55 años o pruebas específicas de acceso para mayores que rebasan esta edad. Pese a que los trámites sean, en ocasiones, complicados, las residencias ofrecen cursos y formaciones específicas en los centros. Estas pueden ser en cerámica, jardinería o costura, por ejemplo. Son bien recibidas y significan la ejercitación física y mental de los residentes en un ambiente agradable y de compañerismo.

 

Salud mental

El beneficio de contar con actividades para los mayores en las residencias no se limita a lo físico. Organizar actividades en grupo contribuye a que los mayores socialicen, lo que se traduce en un aumento de las capacidades de comunicación.

De la misma forma, realizar actividades junto a los compañeros ayuda a aumentar su autoestima. Es esencial sentirse acompañado en el ámbito en el que se reside. Crear lazos con los compañeros y los profesionales aporta seguridad. Además, hace que los centros residenciales sean vistos como lo que son: el hogar de las personas ancianas.

Paralelamente, una de las vertientes de la terapia ocupacional es el trabajo de voluntariado. Los mayores se entretienen cosiendo o pintando, por ejemplo, y esos productos son, o bien vendidos, o llegan a personas necesitadas. Esta opción es muy interesante, ya que los residentes sienten que continúan siendo una parte activa e importante de la población.

Como hemos visto, las actividades ocupacionales mejoran la vida de nuestros mayores. Las residencias se comprometen a ofertar un estilo de vida que huya del sedentarismo para garantizar la prevención de patologías y la recuperación de las capacidades perdidas por la edad. Los beneficios son muchos y los mayores lo agradecen mucho. Merece la pena implicarse en prestar esta ayuda a los más mayores.

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Fuentes:

-World Federation of Occupational Therapists (WFOT): https://www.wfot.org/

-Colegio de Terapeutas Ocupacionales de Navarra: https://www.cotona-nalte.com/es

-OMS: https://www.who.int/es/initiatives/decade-of-healthy-ageing

-CuidadoMayor: https://www.cuidadomayor.com/blog/ejecicio-fisico-tercera-edad