Si en el artículo del mes pasado nos centrábamos en entender en qué consiste el llamado COVID- 19, sus síntomas, formas de transmisión y medidas de prevención, no podíamos olvidar las consecuencias psicológicas provocadas por el aislamiento y distanciamiento social en esta nueva situación de excepcionalidad.
A veces, síntomas como ansiedad, miedo y preocupación son comunes en esta época de crisis. Además, en las personas que han tenido que ser puestas en cuarentena por sospecha de contagio, estos síntomas se agravan y se acentúan llegando a provocar un Trastorno por Estrés Agudo.
Los seres humanos somos seres sociales, necesitamos el contacto con los demás para nuestra supervivencia.
Si es necesario cuidar la salud física, muy importante también es proteger la salud mental.
Estrategias para gestionar el confinamiento
- Mantener una rutina y hacer cosas que tenemos pendientes
- Promover nuestro autocuidado con hábitos saludables y actividades relajantes y placenteras.
- Evitar la sobreinformación e ”infoxicación”. Informarse en fuentes fiables y actualizadas de información.
- Fomentar las relaciones sociales.
- Afrontamiento positivo y concienciación de la situación.
¿Qué colectivos son más vulnerables al aislamiento?
- Los niños. Deben recibir una información adaptada a su edad y no ocultarles en ningún momento lo que está sucediendo.
- Personas con depresión y enfermedad mental.
- Personas de la Tercera Edad.
¿Cómo actuar con pacientes con demencias y Enfermedad de Alzheimer?
Importante señalar a las personas con Alzheimer y otras demencias , que sufren especialmente este aislamiento. Los cambios en sus rutinas diarias y la restricción en las visitas provocan una mayor desorientación y agitación, lo que hace que el estado de la enfermedad empeore.
- Hacer comprender la nueva situación adaptando la explicación según su nivel de comprensión y fase de la enfermedad.
- Mantener siempre un tono positivo y tranquilizador.
- Realizar actividades de estimulación cognitiva y entretenimiento.
- Establecer nuevas rutinas y mantener los mismos horarios cada día.
- Mantener contacto y comunicación a través de las nuevas tecnologías para reducir esa sensación de aislamiento.
La resiliencia: fortaleza necesaria ante el Covid19
En tiempos de soledad, incertidumbre y situaciones traumáticas, podemos adaptarnos a los distintos momentos y salir reforzados y más fuertes ante la adversidad.
Así, el profesor de Psiquiatría, Luis Rojas Marcos, explica la resiliencia desde sus bases fundamentales: el autocontrol, la autoestima, el pensamiento positivo y el optimismo.
La resiliencia consiste en aprender de lo negativo, ante situaciones de derrota, y transformarlo en oportunidad de desarrollo personal.
Conclusión
La amenaza del COVID-19 y las circunstancias de aislamiento y cuarentena que a veces nos encontramos suponen un fuerte impacto psicológico en nuestra sociedad.
Pese a las medidas de aislamiento, unos de los colectivos más afectados son los trabajadores sanitarios, por encontrarse en primera línea en situaciones traumáticas y los consiguientes riesgos físicos pero también psicológicos a los que se someten.
Además, estas medidas de control de la pandemia suponen un alejamiento social, soledad, desconcierto e incertidumbre en personas con enfermedad mental, demencias, enfermedad de Alzheimer etc.
Por ello, en la medida de lo posible, es necesario seguir manteniendo cualquier tipo de contacto aprovechando la oportunidad que nos brindan la nuevas tecnologías.
Una solución ante este prolongado aislamiento es aprovechar nuestra capacidad de adaptación ante esta nueva situación para afrontar este pandemia mundial de manera positiva.
Referencias Bibliográficas y enlaces de interés
-Sociedad Española de Psiquiatría (SEP). Recuperado en http://www.sepsiq.org/file/InformacionSM/SEP%20COVID19-Salud%20Mental%20Cuarentena.pdf
-Organización Mundial de la Salud (OMS). Recuperado en https://www.paho.org/es/documentos/consideraciones-psicosociales-salud-mental-durante-brote-covid-19