Si en el último post hablamos de terapias alternativas a la farmacología ante la enfermedad de Alzheimer como la estimulación cognitiva, actividades de la vida diaria, psicomotricidad y arteterapia no podemos olvidar la cada vez más utilizada terapia con animales.
¿En qué consiste la terapia asistida con animales?
Es un concepto amplio que consiste en terapia y otras actividades asistidas por animales.
A la hora de la intervención no farmacológica en la enfermedad de Alzheimer u otras demencias se introduce un animal como elemento del proceso terapéutico. Habitualmente se trabajan con perros y en menor medida con gatos y caballos.
¿Cuándo es preferible utilizar estas terapias?
Diversos estudios señalan que este tipo de terapias producen beneficios a nivel físico, emocional, social y cognitivo. Por ello, es preferible comenzar en etapas no avanzadas de la enfermedad ya que el objetivo fundamental es mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
¿Qué debemos tener en cuenta?
Para conseguir los máximos beneficios es necesario que el paciente quiera tener relación con el animal y no forzarle en ningún momento, ya que podemos encontrarnos con personas que tengan miedo hacia los animales siendo contraproducente esta actividad.
Además, previamente los animales deben estar adiestrados y cumplir los criterios de adaptabilidad y control entre otros. Cualquier raza canina podría ser utilizada para esta terapia.
Importancia de esta terapia en la enfermedad de Alzheimer
Lo último que desaparece en los pacientes con Alzheimer es la memoria afectiva. De ahí la importancia de esta terapia. Al estar en contacto con el animal, la persona se muestra más tranquila y segura. Se produce un vínculo emocional entre ambos que es la base del tratamiento. Cuando nos sentimos queridos y acompañados nuestra autoestima se refuerza.
Otros beneficios de la terapia asistida con animales.
El hecho de tener una mascota en casa es importante ya que les permite hacer actividad física, mantener ciertas rutinas y relacionarse más a menudo con su entorno social.
Además, ayuda a ralentizar la pérdida de memoria ya que la persona deberá recordar el nombre del animal y el momento en el que come o sale de paseo, es decir establecer unas rutinas diarias tan importantes en estos procesos.
Es evidente que se produce una mejora en el estado de ánimo y como diversos estudios señalan se produce una disminución de ansiedad y agresividad en dichos pacientes.
Conclusiones
Aunque hoy día no existe una cura definitiva para la enfermedad de Alzheimer y otras demencias esta terapia ayuda a reducir significativamente el impacto de la enfermedad y retardar las complicaciones de la misma. Los beneficios que producen se observan de manera inmediata. Estar en contacto con una mascota puede llegar a ser la mejor medicina simplemente considerando el afecto como componente esencial del tratamiento. Es importante señalar, que no solo son efectivas para estas patologías sino para otras muchas como el cáncer, enfermedades cardíacas y otras enfermedades mentales.